jueves, 1 de abril de 2010

A MI AMIGO MANUEL


El día 16 de marzo de 2009, tuve la desgracia de padecer una enfermedad que me apartó momentaneamente de las trabajaderas. Para mí fue durísimo. Llegué a pensar que ya no podría ponerme más el costal. Afortunadamente, hoy Jueves Santo de 2010 eso no se ha cumplido. Los que aman profundamente este mundo y a nuestra Virgen de la Sangre y al Cristo de la Vera+Cruz, sabrán lo que estoy diciendo.
Por ello, esta última entrada de Jueves Santo (no tenía pensado escribir nada hasta después del Domingo de Resurrección pero esto me ha llevado a alterar mis pensamientos) está dedicada a mi amigo Manuel Fidalgo. He esperado todo el tiempo posible para que no se supiera nada, pero ya es hora de dedicarle unas palabrillas de ánimo y de entendimiento. No hace más de 48 horas que me enteré que Manuel cumpliría este Jueves Santo una promesa, mejor dicho, la mayor de las promesas para un costalero de verdad, el no salir bajo los pies de la Virgen de la Sangre. Te entiendo Manuel cómo debes estar pasándolo y no te quepa la menor duda que mi corazón y mis fuerzas irán lo más alto posible intentando que tus "Kilos" caigan sobre mí, como seguro los míos los soportaste tú el año pasado. Un abrazo amigo y dentro de unas horas comenzaremos a contar los días que falta para el Jueves Santo de 2011 y poder llevarte de nuevo a mi vera y disfrutar con tú marcha Encarnación Coronada.

2 comentarios:

  1. Bellísimas palabras que has escrito Javi. Yo os entiendo (a ti y a mi hermano) a la perfección y año tras año, mis ojos de humedecen cuando veo la salida y yo no puedo estar debajo, y más aún, cuando pienso que será para siempre el no disfrutar del Jueves Santo.

    Por ello os animo, a que mientras el cuerpo aguante, adelante, que la Virgen de la Sangre os lo agradecerá además de muchos que vamos por fuera intentando daros ánimos para haceros la cofradía mucho más llevadera.

    Y siempre roneando con Ella.

    Jose Maria Fidalgo

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  2. Muchas gracias amigo Javi. Hasta hoy lunes no he podido leer estas palabras que tanto me han emocionado. Tú, que me conoces, y que también lo has sufrido en tus carnes, sabes como lo pasé el Jueves Santo. Porque las promesas son promesas y hay que cumplirlas, y más cuando se me ha cumplido lo que pedí. Y es verdad que la mayor promesa de un costalero es no salir bajo las trabajaderas. Pero sabes muy bien que iba muy cerquita vuestra, entre mi cuarta y mi nueva sexta, como si llevara yo mismo esos kilos que tanto me gustan, pero en este caso de sufrimiento por no ir debajo y... por muchas cosas más. Tú, que sabes bien de mi sentimiento sangrista y de mi amor incondicional a mi Virgen de la Sangre, sabes bien como lo pasé. Pero también disfruté a la vez con cada levantá, con cada paso, con cada marcha, con cada voz debajo,....¡Dios mío! ¡Qué chicotás las de la recogida con mi Encarnación Coronada!...¿Y la entrada? ¡Qué cuadrilla de costaleros tenemos! Y no quiero seguir.... porque se me saltan las lágrimas y no puedo soportarlo.
    Bueno, ya queda menos para el próximo Jueves Santo, para meterme debajo con mi familia costalera, para llevarme toda la cofradía animando sin parar, para coger todos los kilos que hagan falta y para clamar como todos los años: ¡Viva mi Virgen de la Sangre!.
    Un abrazo amigo.
    Fdo. Manuel Fidalgo Vela.

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